Banner CORAASAN

Por el pueblo venezolano

Foto Peralta RomeroVoces y ecos

Por Rafael Peralta Romero
Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

Venezuela merece mejor suerte. De ahí que la solidaridad de los Estados libres, sobre todo en Hispanoamérica, se haya sentido de forma tan vehemente. Junto a los gobernantes democráticos, un foro compuesto por treinta y siete ex jefes de Estado y de Gobierno están abogando por el retorno de la paz y la estabilidad a la patria de Bolívar.

El presidente Luis Abinader recibió ayer en el Palacio Nacional al señor Edmundo González Urrutia, quien fuera candidato presidencial de la coalición opositora en las elecciones celebradas el 28 de julio de 2024. De acuerdo con la opinión pública internacional, González resultó electo presidente, pese a las trampas del Gobierno.

En la reunión de Palacio habló la señora Laura Chichilla, exmandataria de Costa Rica, quien lo hizo en representación del Grupo IDEA (Iniciativa Democrática de España y las Américas). Es un foro internacional no gubernamental que integran líderes que se han unido en a poyo al pueblo venezolano por la libertad, la dignidad y la democracia.

Sin duda, el Gobierno dominicano camina a buen ritmo en el interés de reintegrar a Venezuela al concierto de las naciones democráticas. Por eso ha exigido, como otros gobiernos y organismos multilaterales, el respeto a la voluntad del pueblo, expresada en las urnas. Ayer lo reiteró Abinader al advertir a los chavistas que aún están a tiempo de cruzar al lado correcto de la historia.

El ministro de Exteriores, Roberto Álvarez, también habló en el acto de solidaridad con la democracia de Venezuela. Reiteró el interés de República Dominicana por "promover la paz, la estabilidad y la democracia" en el país hermano. Esta actitud obedece a un compromiso ético de los líderes de la región.

Para muchos observadores imparciales, González Urrutia es el presidente electo de Venezuela. Hoy, más que en días anteriores, la atmósfera de ese país está contaminada de brumas. En cada esquina, gruñe la represión contra los opositores. Líderes políticos y periodistas independientes valen poco allí. Nadie anda seguro.

Agentes encapuchados secuestran a quienes no respalden la juramentación forzada y fraudulenta del dictador Maduro, mientras el diabólico apellidado Cabello amenaza a los exiliados venezolanos, como a los extranjeros solidarios, con la expresión "corren peligro" si pisan tierra o vuelan sobre Venezuela.

Si por fuerza es, permanecerán en el poder, vencerán, aunque hayan sido derrotados en las elecciones. La sinrazón les permitirá quedarse con el Gobierno, lo que nunca conseguirán es legitimidad ni merecerán respeto. Hay que insistir en la vuelta de Venezuela a la democracia. Por el pueblo venezolano.