La Ley 10-91 del CDP es más clara que el agua
El Mirador
Por Luis Céspedes Peña
Cuando leo algunos de los artículos de compañeros destacados del gremialismo periodístico, me río mucho porque me hacen recordar mi origen campesino, acostumbrado a escuchar refranes o frases para expresar, de manera indirecta, algún tipo de acontecimiento disfrazado.
-Defender una mentira como si se tratara de una verdad, es conveniente porque alarga el proceso, pero no siempre se gana.
-Lo que hoy me beneficia, mañana puede perjudicarme.
-Si truena, puede llover, pero no mojar todos los lugares.
-Si vas a iniciar una guerra con el propósito de ganarla, primero debes orientarte de la capacidad defensiva del adversario.
Si analizamos la primera frase y la última, podemos señalar que hay compañeros a los cuales les encajan perfectamente algunas de las frases.
Debemos recordarles a compañeros que hoy critican la Ley, que ellos fueron rabiosos opositores para que al Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), no se ingresara periodistas no titulados, a partir de la Ley 10-91. ¡Ahora, sin decirlo abiertamente, defienden la entrada de no titulados!
Debemos admitir que José Beato, el protagonista de este problema, ya sólo le falta graduarse, pero para la legalidad es un estudiante de Comunicación.
Esa Ley 10-91 dice, en su Artículo 5, que "para ser miembro se requiere tener un título de una Escuela de Periodismo o ser licenciado en Comunicación Social". Esa decisión fue endurecida por el Reglamento Interno. ¡Eso comenzó en 1991, cuando se promulgó esa legislación!
La Ley 148 de 1983, que creó al viejo CDP, protegió a la mayoría de periodistas de entonces, que no éramos muchos, con o sin título de las Escuelas de Periodismo, que era lo que existía. ¡Talentosos, en su mayoría! Hoy, fruto de la Ley 10-91, también tenemos muchos talentos.
Recuerdo que en varias ruedas de prensas organizadas por Movimientos opositores al Marcelino Vega, algunos de los que hoy critican a la Comisión Electoral, mantuvieron la línea dura de advertencia de que no permitirían el ingreso de no titulados al CDP.
Para ellos, eso pasó a la historia. Les vamos a recordar la primera frase: "Defender una mentira como si se tratara de una verdad, es conveniente porque alarga el proceso, pero no siempre se gana".
Ayer, esos compañeros defendían la Ley 10-91, que es muy precisa al decir que para ser miembro del CDP hay que ser titulado. Hoy, porque no les conviene esa legislación, es mal interpretada por la Comisión Electoral y otros.
Este lamentable caso está cuestionando la capacidad de algunos de nosotros. Leímos cómo Aurelio Henríquez, presidente del Comité Ejecutivo del CDP y coordinador de la campaña de José Beato, que aspira a la presidencia del gremio, le está otorgando facultades a ese organismo, que no son propias, para tratar de justificar lo injustificable.
La Ley 10-91 recoge todos los aspectos a partir de esa fecha. ¡Y es lo que aplicó la Comisión Electoral! Lo que no entendemos es por qué José Beato, que es un buen abogado, no quiso escucharnos. ¡Él sabe que no tiene la razón!
El Movimiento Marcelino Vega le advirtió que esperara las otras elecciones para que se postulara, apoyado por esa agrupación, pero no lo hizo. Se le dijo que ya tendría su título universitario en Comunicación Social y que así el problema desaparecía.
Si se mantiene la aplicación de la Ley, José Beato, un gran luchador de la comunicación social, está prohibido de ser candidato a cualquier cargo del CDP.
¡Gracias por leernos!