Banner CORAASAN

Redes sociales y vulgaridad femenina

Foto Perfecto 6Al Amanecer

Por Perfecto Martínez

Buenos días. Corre en las redes sociales un desenfreno sin límites de exhibicionismo pornográfico femenino. El fenómeno rompe todos los límites del pudor y la decencia, en tanto mujeres de todas las edades se exhiben en formas y poses que le proyectan como mercancías que valen menos que vacas muertas.

Los tíos y abuelos recordamos cómo era la formación de las niñas antes. Las madres, tías, hermanas mayores, madrinas, enseñaban a las niñas a sentase correctamente, a cruzar o cerrar sus piernitas para que no mostraran su ropita interior.

¡Y el cuidado era mayor cuando las niñas alcanzaban la pubertad! Se les orientaba a no mostrar sus pechos, ¡nunca una mujer sacaba sus tetas públicamente para amamantar a sus bebes!

Se les prohibía usar faldas muy cortas y ceñidas para que no exhibieran su ropita interior, ¡y hasta pantalones para que no mostraran sus curvas a los hombres! En definitiva, había códigos morales que la familia imponía en el vestir de niñas y jovencitas. ¡Pero todo se fue a pique y lo que se observa es una verdadera debacle moral!

Las redes sociales han convertido en deprimente moda que mujeres suban fotos con las piernas abiertas para intencionalmente mostrar sus muy reducidas pantaletas. ¡Peor aún, ya comienza a ser habitual presentarse con sus entrepiernas desnudas o con modelos de pantis que no alcanzan a cubrir el uno por ciento de su órgano reproductor!

Es como si pasaran DE MUJERES a mercancías vulgares y devaluadas que asumen como moda, algo que se presenta totalmente normal, mostrar sus nalgas descubiertas, quitarse su ropa interior frente a la cámara, sacar sus tetas al aire, ¡todo un exhibicionismo descontrolado, un espectáculo grosero, que da a entender que ese tipo de mujer se convirtió en bagatela! ¿Pero, qué da origen a tanta vulgaridad?

Las razones pueden ser varias, pero las impulsa el hecho de que son las propias redes las que fomentan, premian, financian y animan semejante degradación. Y lo hacen pagándole a aquellas que, a fuerza de vulgaridad sin límites, consiguen mayores audiencias de sus seguidores en las redes. ¡Así también funciona el capitalismo!