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Secretos de personas extraordinarias

Foto San MateoÁnimo en dos minutos

Por Luis Rafael García Dubus

Teresa de Calcuta tenía secretos que nadie sabía, excepto su confesor. Ella se veía a sí misma solo como "un lápiz en las manos de Dios", y no quería que admiraran al lápiz, sino al dueño de la mano que lo usaba.

Uno de esos secretos era una promesa: "Yo hago el voto a Dios de hacer todo lo que Él me diga, de darle todo lo que me pida, de no negarle nada".

Ella entendió que con esto adquiría "la única verdadera libertad, la que solo el amor puede conceder".

Teresa de Lisieux, había hecho un voto semejante: "Prometo no negarle a Dios nada que Él me pida". Y lo mismo hizo William Doyle, "Yo hago el voto de no negarle a Jesús nada que yo vea claramente que Él me está pidiendo, no importa el sacrificio que esto requiera".

Jesús fue al templo a los doce años, y cuando regresaron a su casa, dice el evangelio que "iba creciendo en sabiduría y en gracia". Es decir, que a los treinta años él sabía mucho más que a los doce, que lo de Él fue un proceso, igual que el de cualquier persona

Cuando fue a bautizarse con Juan, se escucha la voz del Padre revelando quién es Él, y el propio Juan lo declara: Él es el Mesías. en ese momento "el Espíritu lo condujo al desierto para que fuera tentado por el diablo".

Y allí el Señor se define en tres campos:

1ro. Lo suyo no es DARSE GUSTO convirtiendo piedras en panes.

2ro. Tampoco DARSE IMPORTANCIA, tirándose espectacularmente de la parte más alta del templo para que los ángeles lo apararan, y

3ro. Su meta no es conquistar EL PODER, para mandar y ser obedecido.

Entonces, si sus esfuerzos no iban dirigidos a darse gusto, ni a darse importancia, ni a lograr el poder, ¿Por qué son las tres metas que mueven a la gente...?

LA PREGUNTA DE HOY

¿CUÁL ERA LA ACTITUD BÁSICA QUE DABA SENTIDO A TODO LO QUE HACIA JESÚS?

He hecho esta pregunta a un grupo de personas, y uno de ellos, José E., la contestó casi enseguida: La actitud básica de Jesús fue siempre cumplir con la voluntad de su padre.

Ir viviendo el proceso día por día de dejarse conducir por el Espíritu de Jesús cada vez con más claridad y menos resistencia, nos situará detrás de quien afirma "Yo soy el camino, la verdad, y la vida".

"Dichosos los que tienen hambre y sed de hacer lo que Dios quiere, porque sus deseos serán saciados"
(Mateo 5,6