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La eficacia del apostolado

Foto madre TeresaÁnimo en dos minutos

Por Luis Rafael García Dubus

Había allí personas agrupadas alrededor de un solo hombre: un famoso actor teatral, todos querían verlo y oírlo de cerca.

Entonces alguien propuso que el actor recitara con su prodigiosa voz el Salmo 23. El aceptó con una condición: que después de él, también el humilde cura del pueblo lo hiciera. El padrecito aceptó, aunque con algo de vergüenza.

Recitó el actor el Salmo 23, con su voz embelesó a todos. Las paredes del local vibraron con los acordes de aquella portentosa voz, y cuando terminó la gente aplaudía emocionada, llena de admiración.

"¡Paren, paren!", protestó humildemente el artista. "¡Escuchemos ahora al padrecito...!", y el cura sacó una Biblia, porque no quería equivocarse, y comenzó a leer con sencillez:

"EL SEÑOR ES MI PASTOR: NADA ME FALTA..."

Luego sucedió algo extraño: cuando terminó, nadie aplaudió, pero todos, incluyendo el declamador famoso, estaban llorando.

"¿Qué pasó aquí?" preguntó alguien. Y el mismo actor dio la respuesta diciendo: "Lo que pasa es que yo conozco el Salmo, pero el padrecito conoce al Pastor..."

En el evangelio de hoy (Marcos 1, 29-39) aparece Jesús con la gente agrupada a su alrededor. Estando en la casa de Pedro, le llevaban todos los enfermos del pueblo y "El curó a muchos de diversos males".

Después, de aquella agotadora jornada, se acostó a descansar. Sin embargo, dice el evangelio que "se levantó muy de madrugada y se marchó a un lugar descampado y estuvo allí orando".

Allí, en la oración, el Señor comprendió que la voluntad del Padre era que siguiera adelante, a pesar de que todos en el pueblo lo estaban buscando, les dijo a sus compañeros "Vámonos a otra parte, a los pueblos cercanos, para predicar también allí, pues a eso he venido".

Cuando Jesús ora, escucha la voz del Padre, y deja que esa voz sea su fuente. Luego, lleno del amor de su Padre, sale a anunciar el Reino repleto de compasión.

Más tarde podría decir:

"IGUAL QUE EL PADRE ME AMÓ,
LOS HE AMADO YO".

LA PREGUNTA DE HOY

¿EN QUE SE BASA LA EFICACIA DEL APOSTOLADO?

Se basa en que yo conozca el Pastor. No en que tenga yo una voz prodigiosa, como el actor.

Se basa en la oración. Se fundamenta en el amor. Pero no en el amor del apóstol, sino en el amor de Dios en el apóstol.

Y la llegada del Reino de Dios es eso: cada vez más personas amando con el amor que han recibido del Padre en el silencio del descampado. En la auténtica oración que empalma con la voluntad de Dios.

"Más vale un error cometido por amor,
que un milagro hecho con dureza". Santa Teresa de Calcuta.