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El Río Masacre

Foto Editorial El Quisqueyano

Siempre se decía que la falta de agua, en un mundo que crece en su número de humanos y animales, aunque de hecho es el mismo género, sería motivo de grandes conflictos sociales.

Los dominicanos ya estamos presenciando el primer conflicto internacional por el control de parte del Río Masacre, cuyo nacimiento es dominicano, aunque una mínima parte entra al vecino Haití.

Pero es necesario que el gobierno de Haití envíe a nuestro país es verdaderos negociadores, no "animales con vestimentas humanas".

No es verdad que el Río Masacre puede ser canalizado, quieran o no los dominicanos, como hubo una expresión de funcionarios haitianos.

El Masacre es un Río dominicano. ¡Así como suena de cruel". El país tiene todo el derecho de canalizarlo por su territorio al Masacre, desviando la parte que entra al vecino Haití.

Es cierto que hay una legislación internacional que garantiza el uso de las aguas nacionales de ríos que pasan por otros territorios.

¡Pero sin abusar de ese derecho! Lo que estable la Ley Internacional sobre la materia, es que hay que respetar el tránsito de los ríos. Y en el caso de los mares, están establecidas las aguas territoriales.

Sabemos los problemas de alimentación, de agua, de bosques y otros males naturales que tiene Haití, por su culpa, porque no protegen sus recursos.

Sólo hay que observar que la partecita del Río Masacre que entra a Haití está deforestada, mientras el lado dominicano está cubierto de bosques.

Por la mala, Haití no tiene ningún derecho a cambiar el libre tránsito del Masacre. Por la buena, la República Dominicana, que siempre es el "paño de lágrimas de Haití", está en el deber de buscarle una solución a ese grave problema de un área de la vecina nación.

Haití siempre se caracteriza por tener gobernantes dictadores, para matar a sus opositores, pero totalmente apáticos para resolver los principales problemas de la nación.

No es el caso del Presidente Jovenel Moise, un gobernante democrático. Las conversaciones entre autoridades dominicanas y haitianas, deben terminar en una solución viable al problema de falta de agua, en las comunidades fronterizas de la vecina nación.

El Río Masacre, nacido en nuestro territorio, hace una curvita y entra a Haití, pero vuelve a sale para desembocar en Montecristi. Es un Río que nace y muere en el territorio dominicano.

¡Los haitianos deben entender eso!

El Río Masacre

Siempre se decía que la falta de agua, en un mundo que crece en su número de humanos y animales, aunque de hecho es el mismo género, sería motivo de grandes conflictos sociales.

Los dominicanos ya estamos presenciando el primer conflicto internacional por el control de parte del Río Masacre, cuyo nacimiento es dominicano, aunque una mínima parte entra al vecino Haití.

Pero es necesario que el gobierno de Haití envíe a nuestro país es verdaderos negociadores, no "animales con vestimentas humanas".

No es verdad que el Río Masacre puede ser canalizado, quieran o no los dominicanos, como hubo una expresión de funcionarios haitianos.

El Masacre es un Río dominicano. ¡Así como suena de cruel". El país tiene todo el derecho de canalizarlo por su territorio al Masacre, desviando la parte que entra al vecino Haití.

Es cierto que hay una legislación internacional que garantiza el uso de las aguas nacionales de ríos que pasan por otros territorios.

¡Pero sin abusar de ese derecho! Lo que estable la Ley Internacional sobre la materia, es que hay que respetar el tránsito de los ríos. Y en el caso de los mares, están establecidas las aguas territoriales.

Sabemos los problemas de alimentación, de agua, de bosques y otros males naturales que tiene Haití, por su culpa, porque no protegen sus recursos.

Sólo hay que observar que la partecita del Río Masacre que entra a Haití está deforestada, mientras el lado dominicano está cubierto de bosques.

Por la mala, Haití no tiene ningún derecho a cambiar el libre tránsito del Masacre. Por la buena, la República Dominicana, que siempre es el "paño de lágrimas de Haití", está en el deber de buscarle una solución a ese grave problema de un área de la vecina nación.

Haití siempre se caracteriza por tener gobernantes dictadores, para matar a sus opositores, pero totalmente apáticos para resolver los principales problemas de la nación.

No es el caso del Presidente Jovenel Moise, un gobernante democrático. Las conversaciones entre autoridades dominicanas y haitianas, deben terminar en una solución viable al problema de falta de agua, en las comunidades fronterizas de la vecina nación.

El Río Masacre, nacido en nuestro territorio, hace una curvita y entra a Haití, pero vuelve a sale para desembocar en Montecristi. Es un Río que nace y muere en el territorio dominicano.

¡Los haitianos deben entender eso!