No a la humillación

La forma de cómo fueron detenidos por supuesta corrupción en el Estado, algunos de los ex funcionarios de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que dirigieron Leonel Fernández Reyna y Danilo Medina, violando sus derechos constitucionales, no cuentan con el aval positivo de la mayoría de quienes creemos en la democracia.

Y como la democracia se debe alimentar de la Ley, entonces las autoridades no deben renunciar a los procedimientos ilegales.

Esa falta de legalidad en algunas de las detenciones de ex funcionarios, como fue el caso del ex ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo, que cuando se presentó a su hogar un contingente de policías, con la presencia de un fiscal, en horas de la madrugada del domingo, preguntaba por qué se le detiene, como está establecido en la Ley, se escuchó una voz que dijo: "aprésenlo", sin darle ningún tipo de explicación.

E, incluso, se vio a la mayoría de los agentes policiales que no sabían qué hacer, porque estaban conscientes de que se estaba violando los derechos de ese ciudadano. Parece que la voz-orden fue del fiscal actuante o de un oficial que no conoce la Ley.

No importa el delito que se le impute a un ciudadano. La Ley dice que éste debe saber por qué se le detiene.

Debe volverse a prohibir que a un ciudadano se le detenga en su hogar, establecimiento comercial u otra propiedad, antes de las 7:00 de la mañana y menos hacerle un allanamiento.

Ningún ciudadano que crea en la Constitución y la Ley, se opone a que se actúe en contra de violadores del orden jurídico.

Si se establece que algún ciudadano le robó al Estado, que es lo mismo que decir al pueblo, debe recibir su castigo.

Al Estado se va a servirles a los ciudadanos, no a servirse de él, como lo decía el ilustre pensador profesor Juan Bosch, símbolo de la honestidad latinoamericana.

Pero el castigo debe ser por lo que tomó del Estado de manera ilegal, no porque el temor que se le tenga a un determinado político, al que hay que destruirle su moral para poder fortalecer el liderazgo del persecutor.

¡Eso se da mucho en el Continente Americano! Si se actúa basado al respeto a la Constitución y la Ley, el sistema democrático debe continuar sin tropiezos.

¡Pero no debe abusarse de los derechos constitucionales de los ciudadanos, aún se consideren responsables de actos violatorios a la Ley!

El Presidente Luis Abinader, que hay que admitir está haciendo una buena labor a favor del desarrollo del país, debe cuidarse hasta de muchos de sus propios compañeros del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) y algunos de sus aliados, los cuales ganan con sus errores como jefe de Estado.

Abinader no debe olvidar que lo bueno o lo malo se le suma al Presidente de la República, el cual puede convertirse de perseguidor del presente, a perseguido en el futuro.

¡Eso es así, señor Presidente! Es por esa razón que debes evitar que a sus funcionarios les crezca el espíritu de perpetuarse en el poder, "creándole" así una deuda política futura, que finalmente termina en la cárcel o en el descrédito.